Hoy necesito unos labios que se encuentren con los míos.
Labios que escuchen pasión y camino,
que hablen comiendo los míos.
Empinados labios por mi cuerpo suspirando,
como potros desbocados a los que domar con los míos.
Unos labios que se ahoguen con los míos,
que los muerdan,
que los rocen,
que los degusten,
que los escudriñen con juguetona lengua.
Labios encarnados que rían,
que ofrenden vida,
que bailen en mi alegría.
Hoy, necesito unos labios que hagan suyo mi cantar de retama
e hilo.
Germán Soler, 2013